CUANDO UN HOMBRE SUFRE
No es cosa del otro mundo, pero es necesario a veces.
Un Dios que nos conoce, pero tiene un propósito que no se
entiende muchas veces.
Una mujer a la que ya no quiere como antes, y no se
atreve a decirle que le falla.
No importa casi ya la carga de sacos rotos que debe
cargar y la ira que podrá recoger.
No importa cuantas veces deba irse de casa, pues ya
conoce el camino de regreso.
Una vida rodeada de vicio, dolor y miseria: cada día debe
seguir en el calvario de la existencia terrena.
Que todos lo miran, como si fuera un elegido ¿Hasta
cuándo seguirán esperando algo de mí?
Un fuego que se resiste a morir, pese a que el cuerpo
yace símil a un cadáver.
Que llora, finge, sangra, sutura; y sabe que se irá ¿todo
terminará?
Sí, terminará. Pero no en esta vida, que está plagada de
muerte, sino en la eterna.
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