martes, 24 de julio de 2012


CUANDO UN HOMBRE SUFRE



No es cosa del otro mundo, pero es necesario a veces.

Un Dios que nos conoce, pero tiene un propósito que no se entiende muchas veces.

Una mujer a la que ya no quiere como antes, y no se atreve a decirle que le falla.

No importa casi ya la carga de sacos rotos que debe cargar y la ira que podrá recoger.

No importa cuantas veces deba irse de casa, pues ya conoce el camino de regreso.

Una vida rodeada de vicio, dolor y miseria: cada día debe seguir en el calvario de la existencia terrena.

Que todos lo miran, como si fuera un elegido ¿Hasta cuándo seguirán esperando algo de mí?

Un fuego que se resiste a morir, pese a que el cuerpo yace símil a un cadáver.

Que llora, finge, sangra, sutura; y sabe que se irá ¿todo terminará?

Sí, terminará. Pero no en esta vida, que está plagada de muerte, sino en la eterna.